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Bendito Epitafio

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Judas Priest se despide de Madrid por todo lo alto con un repertorio redondo en un concierto inolvidable.

El epitafio, a punto de ser grabado a fuego.

Eran las 21:42 de la pasada noche cuando el público que se daba cita en el Palacio Vistalegre de Madrid contenía el aliento ante la expectativa de lo que estaba a punto de suceder. La megafonía despedía las últimas notas de “War Pigs” y todos se preparaban para lo que debía descubrirse tras la enorme cortina negra que cubría el escenario. Antes, U.D.O primero y Blind Guardian después habían ido preparando el terreno con desigual suerte a causa de la complicada acústica del recinto, si bien los segundos habían conseguido levantar algunos vítores con “Welcome To Dying”, “Valhalla” o “Mirror, mirror”. Por fin, caía el telón y una inmensa pantalla sobre una planta industrial de humeantes chimeneas nos daba la bienvenida a la casa del acero británico. Casi un año después de que su gira de despedida pasara por Leganés, entonces en compañía de Saxon y Motörhead, Judas Priest volvía a Madrid para terminar de escribir su epitafio.

Rob Halford y los suyos incendiaron Vistalegre

La muy aplaudida apertura de “Rapid Fire” servía de introducción para la locura desatada con la aparición de Rob Halford en la primera de las múltiples apariencias que habría de adoptar a lo largo de la noche. Antes de que concluyera el primer acto ya había abandonado el escenario para cambiarse de chaqueta a tiempo de regresar para el inicio de “Metal Gods”, como haría de nuevo posteriormente casi tras cada canción. Poco a poco el sonido se iba asentando mientras se sucedían un clásico tras otro, acompañados por la proyección de la portada del álbum correspondiente y los consabidos juegos de luces. Para el parón inicial de la destacada “Starbreaker” el engranaje ya funcionaba a la perfección y “Victim Of Changes” retomaba el ritmo de guitarreo afilado, desfile de modelos y pirotecnia para empezar a grabar a fuego en las mentes de los más de dos mil asistentes lo que acabaría siendo una noche inolvidable.

La banda, en perfecta comunión con su público

El selecto repertorio, que únicamente dejó sin representación a los dos álbumes grabados con Tim Owens durante la etapa en que Rob Halford buscaba nuevas compañías, hacía sitio incluso para el conceptual “Nostradamus” con “Prophecy”, para la cual el cantante se cubría con una capa plateada y portaba un cayado con la forma del famoso tridente imagen de la banda. La vena glam de “Turbo Lover” ponía en pie a los pocos que quedaban sentados para dar comienzo a una hora de completo desenfreno a lo largo de la cual los Judas fueron desgranando algunas de sus mayores exquisiteces, como “The Sentinel” o “Blood Red Skies”, para conducir a la audiencia hasta el éxtasis final de “Breaking The Law“, cantada íntegramente por un público para entonces completamente entregado. Halford, sublime durante toda la actuación en su contraste de movimientos rafaelescos y agudos inverosímiles, aún tenía tiempo de hacer realidad lo imposible durante la esforzada “Painkiller”, que no hacía sino preparar el terreno para la traca final.

Judas Priest, eternos

Esta comenzaba con la introducción de “Hellion” a “Electric Eye”, tras la cual Halford haría su enésima entrada, esta vez a lomos de una lustrosa motocicleta para entonar el a su vez enésimo himno con “Hell Bent For Leather”. Tras un nuevo cierre a cargo de “You’ve Got Another Thing Comin'”, Glenn Tipton acababa a pie de pista saludando uno por uno a los espectadores que se apretaban contra la valla en primera fila mientras sus compañeros regalaban púas y baquetas. Sin embargo, recién superada ya la medianoche, aún quedaría tiempo para que la incitación a la vida nocturna de “Living After Midnight” sirviera de perfecta despedida a un público que hacía ya tiempo había olvidado el asfixiante calor, sus obligaciones  e incluso la mismísima reforma laboral. Aún estamos a tiempo de impedir a Judas Priest la salida del país y obligarles a trabajar hasta los 75 años. Al fin y al cabo siempre podemos sacar algo bueno de todo esto.

Para la historia queda el repertorio completo del que presumiblemente será el último concierto de Judas Priest en Madrid. Esperemos que vuelvan a arrepentirse.

1. Rapid Fire

2. Metal Gods

3. Heading Out To The Highway

4. Judas Rising

5. Starbreaker

6. Victim Of Changes

7. Never Satisfied

8. Diamonds & Rust

9. Prophecy

10. Night Crawler

11. Turbo Lover

12. Beyond The Realms Of Death

13. The Sentinel

14. Blood Red Skies

15. The Green Manalishi (With The Two Pronged Crown)

16. Breaking The Law

17. Painkiller

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18. The Hellion

19. Electric Eye

20. Hell Bent For Leather

21. You’ve Got Another Thing Comin’

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22. Living After Midnight

 

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