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Steppenwolf y el bautismo de un género

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Steppenwolf_Cover1

Hace cuarenta y cinco años, Steppenwolf hacía su aparición en el competitivo panorama rockero de finales de los sesenta nada más y nada menos que para bautizar un nuevo género con “Born To Be Wild”.

En 1967, después de haber lanzado dos sencillos sin demasiado éxito y desplazarse hasta California, los miembros del grupo de rock canadiense The Sparrow decidían separarse. No serían la primera ni la última banda de la época que desaparecería sin pena ni gloria a pesar de apuntar excelentes maneras, y es que la competencia por aquel entonces era extraordinariamente elevada. El género estaba viviendo una auténtica edad de oro en cuanto a producción y creatividad, y muchos eran los condenados a extinguirse en la batalla por el estrellato. Al fin y al cabo, ellos habían tenido su ocasión, pero el mercado no había respondido adecuadamente, lo que solía suceder a falta de un tema que pegara con suficiente contundencia en las radios.

Steppenwolf_1968Sin embargo, a veces la fortuna concede segundas oportunidades, y la suya no tardaría en presentarse. Poco tiempo después, Gabriel Mekler, productor de la plantilla de ABC Dunhill, escuchaba algunas cintas y llamaba a John Kay, cantante y guitarrista, para animarle a reunir al grupo y grabar algunas demos. John, nacido Joachim Fritz Kraudelat y exiliado de la Alemania del Este a la edad de cuatro años, no había sido educado para rendirse fácilmente, de modo que no dudó en aceptar la oferta y hacerla extensiva a sus antiguos compañeros. El batería Jerry Edmonton y el teclista Goldy McJohn respondieron positivamente, mientras que el bajista Bruce Palmer y el guitarrista Dennis Edmonton, hermano de Jerry, prefirieron declinar el ofrecimiento. Bruce acabaría formando parte de Buffalo Springfield, y Dennis se encontraba para entonces ya inmerso en la grabación de sus propias composiciones. En sustitución de ambos, John reclutaría a un adolescente de gran talento para la guitarra llamado Michael Monarch y al bajista Rushton Moreve.

Steppenwolf_WindowLa nueva formación empezó a ensayar en el garaje bajo el apartamento de John en Los Ángeles, sin muchos medios y utilizando equipo en su mayoría prestado. Quizás aquella precariedad fuera en parte responsable de su sonido más oscuro, sucio y distorsionado de lo normal, pero por eso mismo cercano a lo que por aquel entonces estaban haciendo artistas como Jeff Beck o Jimmy Hendrix y bandas de vanguardia como Deep Purple o Led Zeppelin. Cuando se hizo evidente que la banda no tardaría en acumular material suficiente para empezar a moverse por la escena angelina, Mekler sugirió el nombre de Steppenwolf inspirándose en la famosa novela de Herman Hesse “El Lobo Estepario”, que acababa de leer y con la que había quedado fascinado. Steppenwolf se sumó entonces a la pléyade de bandas que poblaban la noche de Los Ángeles y San Francisco, y llegaron a tocar en locales como el mismísimo Whiskey A Go Go. El siguiente paso lógico era afrontar la grabación de un álbum.

Mientras tanto, Dennis Edmonton, ahora bajo el pseudónimo de Mars Bonfire, seguía intentando dar salida a sus canciones. Un buen día, caminando a lo largo de Hollywood Boulevard, se encontró con un póster en el que una motocicleta emergía de la tierra envuelta en llamas con la leyenda “Born To Ride”. Por aquel entonces, Dennis acababa de comprarse un Ford Falcon de segunda mano, y la imagen se asoció rápidamente en su mente a la sensación de libertad e independencia que sentía al conducir su propio coche allá donde gustara. De aquella poderosa imagen y su consecuente asociación de ideas surgió la semibalada “Born To Be Wild“, que no impresionó a nadie y que solo fue aceptada por Leeds Music en tanto que Bonfire había firmado como compositor de plantilla. Sin embargo, su hermano Jerry presentó la demo a los miembros de Steppenwolf, que decidieron incorporarla a su repertorio, si bien acabarían incrementándole el tempo y dotándola de un sonido más agresivo antes de su inclusión final en el álbum.

Steppenwolf hizo su aparición en el mercado discográfico con la psicodélica “A Girl I Knew“, lanzada como sencillo aún en 1967 en compañía de “The Ostrich“, que posteriormente cerraría el LP. El debut homónimo de Steppenwolf finalmente vería la luz el 11 de enero de 1968 en los Estados Unidos, y aparte de psicodelia y hard rock, también incorporaba elementos de blues, representado por el “Hoochie Coochie Man” de Willie Dixon, y homenajes a los padres fundadores del rock and roll como “Berry Rides Again“. “Sookie, Sookie” y “Take what you need” fueron elegidas para conformar el segundo sencillo como caras A y B respectivamente.

“Steppenwolf” no llegaría al Reino Unido hasta el mes de abril, y entre las curiosidades que incluía se encontraba una versión del tema de Hoyt Axton “The Pusher“, cuyo manifiesto espíritu anti-drogas no parecía ir muy acorde con los tiempos pero concordaba a la perfección con la visión de Kay acerca de la cuestión, una corriente de pensamiento poco frecuente entre quienes se dedicaban al negocio del rock. Pero no sería hasta la publicación de “Born To Be Wild” como sencillo en junio de 1968 cuando el disco vería definitivamente impulsadas su ventas. El tema golpeó con fuerza las ondas y fue un éxito desde el principio en Estados Unidos, alcanzando el número 2 en el Billboard 100 para agosto.

La frase “heavy metal thunder”, incluida en la letra de “Born To Be Wild” como descripción de la sensación de poder y libertad experimentada al recorrer la autopista a lomos de una potente motocicleta, fue adoptada por la prensa especializada para bautizar un nuevo género que definiera aquel estilo cuyo sonido hacía uso de la distorsión y los ritmos pesados. En realidad, el término “Heavy Metal” había sido utilizado previamente por el escritor William Burroughs, que en su novela de 1962 The Soft Machine” describía al personaje Uranian Willy como “the Heavy Metal Kid”. Para Burroughs, la expresión “heavy metal” era la descripción perfecta de la adicción, pues consideraba que el estado final al que llegaban los adictos estaba más cerca de resultar algo metálico que orgánico. Sea como fuera, la realidad es que no deja de resultar curioso que las mismas palabras pudieran asociarse con aspectos tan diferentes entre sí como la búsqueda de libertad y el sometimiento que conlleva una adicción, si bien ambos fueron sin duda de la mano en numerosos casos en aquellos tiempos.

Steppenwolf_The_SecondA la estela del éxito de “Born To Be Wild”, la popularidad de la banda creció exponencialmente. El contrato de dos discos en un año firmado a principios de su nueva aventura obligó a buscar canciones de cara a la grabación de un nuevo disco en otoño, y el grupo volvió a tirar del catálogo de Mars Bonfire para apropiarse de su “Faster Than The Speed Of Life“, que abriría el nuevo álbum cantada por su hermano Jerry. El propio Gabriel Mekler cedería “28” y coescribiría con Kay dos temas más, como ya hizo en el primer LP. Originalmente, se pretendía que la cara B del disco retratara la historia de la evolución del blues desde sus raíces en las plantaciones de algodón hasta el rock de aquellos días, pero finalmente la idea se diluyó por falta de tiempo, aunque quedó cierta huella de la misma en algunas canciones. De entre todas, sería “Magic Carpet Ride“, coescrita por Kay y Moreve y lanzada como sencillo, la que recogería el relevo de “Born To Be Wild”, aupándose hasta el número 3 y levantando “Steppenwolf The Second” hasta el quinto puesto.

A pesar del nuevo disco, la sombra de “Born To Be Wild” continuaría extendiéndose y llegaría al número 30 en el Reino Unido aún al año siguiente, cuando su inclusión en la banda sonora de la película “Easy Rider” hizo que cobrara todavía mayor relevancia si cabe. Peter Fonda, protagonista del film, quería inicialmente que Crosby, Stills & Nash pusieran música a la cinta, de modo que “Born To Be Wild” fue incorporada únicamente como relleno a la espera de un nuevo tema. Sin embargo, resultó tan evidente que la canción de Steppenwolf encajaba a la perfección con el espíritu de la película que terminó manteniéndose y convirtiéndose a la larga en un símbolo para los moteros de todo el mundo.

Aunque en rigor no pueda decirse que el debut de Steppenwolf fuera un disco de Heavy Metal, como tampoco lo eran los de muchas otras bandas que contribuyeron entonces a su surgimiento, a lo largo del mismo sí se desglosaban las diferentas influencias que habrían de aunarse posteriormente en el nuevo género. Sin lugar a dudas, la aparición de Steppenwolf en el panorama rockero será siempre asociada a aquella canción que no sólo sirvió para bautizar un nuevo estilo de música que nacía con fuerza, sino para dotarle a la vez de uno de sus mayores himnos y de todo un grito de guerra que trascendería generaciones. Porque, al fin y al cabo, ¿qué generación no se considera en algún momento nacida para ser salvaje?

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